Desde que el arquitecto Santiago Calatrava entrara a dirigir el proyecto, éste tomó rumbos encaminados a metas distintas de los objetivos con los que nació. Si es el turismo o la ciencia su razón de ser parece cuestión del momento histórico al que nos refiramos. En la actualidad, el Secretario autonómico de Turismo, Daniel Marco, sin olvidar que la Ciudad de las Artes y las Ciencias “ha convertido a Valencia en un destino turístico”, afirma que la “semilla original ha ido evolucionando y ahora el complejo es más que un museo científico: es un complejo de ocio, ciencia y arquitectónico”.
Sin embargo, Antonio Ten Ros, que ve con nostalgia cómo se desvió el proyecto que realizó, insiste en preguntarse “qué es lo que queremos” en esta ciudad: ¿mucho turismo, o mucho conocimiento? Escucha aquí su reflexión.
No obstante, a pesar de que los contenidos que ofrece la Ciudad de las Artes y las Ciencias son frecuentemente criticados y tienen poca visibilidad, sí es cierto que existe cierta investigación, sobre todo la que desarrolla el Oceanográfico, destacada por el Conseller de Economía Máximo Buch: “el complejo cumple varias funciones: al mismo tiempo que es un lugar de divulgación e investigación científica, como la que desarrolla el Oceanográfico; y también la atracción de turistas”. Para Buch, el equilibrio entre ambas facetas es lo que busca la privatización: “tiene que tener arte y ciencia, pero que atraiga al público”.