
La espectacularidad arquitectónica de CACSA contrasta con unos resultados económicos poco alentadores. |L.Osset.
Los sobrecostes en la construcción de sus edificios por un lado, y por otro las pérdidas en las que incurre anualmente sitúan a la Ciudad de las Artes y las Ciencias en el punto de mira económico. A pesar de que la deuda millonaria difícilmente podrá asumirse con los beneficios del complejo, conviene aclarar responsabilidades por un gasto que los expertos califican de “despropósito”.
Respecto a las pérdidas, todas las partes —desde el gobierno, pasando por los expertos, hasta el Comité de Empresa de CACSA— parecen coincidir en que es la gestión la culpable. Así, mientras para unos la solución está en privatizar, para otros la mejor opción sería, sencillamente, mejorar su administración.