A mis padres, a mi hermana, y a mi familia, por el apoyo y por creer en mí.
A Rafa, por tanto.
A mis amigas periodistas, por ser valientes y optimistas.
A mis amigas del alma, por su entusiasmo y por compartir mis penas y alegrías.
A Rosana, por tanta paciencia y por ser siempre un referente.
A Blas, por dedicarme su tiempo.
A Susana, porque «si no nos ayudamos entre nosotros, quién nos va a ayudar».
A Tomy, por tener siempre tiempo para escribir un mail y dar instrucciones.
A Cristina Marco, por tanta atención.
A todos los entrevistados, por su colaboración.
Y en general, a todos los que en algún momento se han preocupado por mí y por este reportaje.
¡GRACIAS!